Deutsche Bank ha hecho una advertencia clara a la banca: tendrá que
espabilar porque afrontará en los próximos años una dura competencia con
Apple, Google, Amazon y eBay (PayPal). Según vaticinan sus analistas,
estos gigantes tecnológicos se están introduciendo primero en el mercado
de transferencias comerciales, y podrían dar un paso posterior al de
préstamos y depósitos.
"Probablemente estos gigantes tecnológicos jugarán un papel
importante en los pagos y en el mercado de servicios financieros
móviles", destacan los analistas de la entidad alemana, que no dudan en
apuntar que quizás veamos "un Google Bank y un Apple Bank" luchando por
ganar clientes a los bancos.
Pese al contundente discurso, la opinión de los analistas de Deutsche
Bank de que estos titanes tecnológicos podrían arrebatar a la banca
parte de su negocio en un plazo de tres a cinco años no es nueva.
Semanas atrás, Gartner también destacó la presión que las empresas de
tecnología podrían ejercer sobre los bancos. Sus analistas dijeron que
la banca minorista está preocupada "por el papel considerable que
podrían jugar estos gigantes de internet en el futuro del sector
financiero".
Según el vicepresidente de Gartner, David Furlonger, las compañías de
tecnología son maestras en el análisis y la gestión de datos con una
gran capacidad para definir los modelos de negocio, identificar nuevas
oportunidades, ver las necesidades del cliente y extender el análisis de
la cadena de valor más allá de su propio negocio". Así, estas empresas
podrían desarrollar cambios en la industria financiera, ofreciendo
nuevos servicios.
El informe de Deutsche Bank recomienda a los bancos tradicionales
permanecer vigilantes ante los gigantes de internet. Y parece lógico, si
quieren mantener su posición actual, pues cada día surgen tecnologías y
start-ups (más allá de los gigantes tecnológicos citados) que están
dando pasos a nuevos modelos de negocio.
Un hecho es claro: cada vez más gente realiza pagos usando plataformas electrónicas a través de smartphones,
tabletas y ordenadores. Y Google, Amazon, Apple, Paypal y Facebook
están tratando de extender más y más sus sistemas de pagos en la red y
en los dispositivos móviles, buscando manejar directamente la relación
con el cliente cuando este compre por internet o con el móvil en tiendas
físicas. Algo que preocupa a los bancos, que pueden ver mermada su
capacidad para conocer qué transacciones hacen sus clientes y qué
hábitos de consumo tienen.
Las iniciativas ligadas a los sistemas de pago de los grupos
tecnológicos empiezan a proliferar, muchas al calor del avance de la
tecnología NFC (Near Field Communications), que permite pagos sin
contacto. Google, por ejemplo, ha lanzado su billetera digital para
pagar a través del móvil Google Wallet, Amazon tiene su servicio de pago
One Click, y Apple estrenó en junio de 2012 su Apple Passbook. Una
aplicación que, de momento, solo ofrece la posibilidad de guardar tiques
(entradas de cine, cupones de descuentos, tarjetas de fidelización o
tarjetas de embarque), pero que nadie duda será la aplicación sobre la
que la compañía de la manzana desarrollará su sistema de pagos offline.
Muchas de estas empresas, además, han recurrido a adquisiciones para
reforzar su peso en el negocio financiero. Google, sin ir más lejos,
adquirió el pasado abril la empresa TxVia, especializada en pagos y que
gestionaba ya entonces 100 millones de cuentas. Además otras iniciativas
han tomado bastante vuelo, como Square, el sistema de pago a través del
móvil creado por Jack Dorsey, fundador de Twitter, que dice adiós al
datáfono y al pago de tarifas al banco. La compañía, que ya cuenta con
dos millones de usuarios, ha recibido una inyección de capital de
Starbucks, que ha invertido 25 millones en la start-up y utiliza su sistema de pago en los 7.000 establecimientos que tiene la cadena de cafeterías en EE UU.
En la misma línea, Paypal ha lanzado su tecnología PayPal Here, con
buena acogida por parte de los pequeños comercios. Y Boku, otra start-up de
pagos móviles, ha recibido una importante inversión de Telefónica. No
en vano, según un informe de Juniper Research el mercado del pago a
través de dispositivos móviles superará los 170.000 millones de dólares
en los próximos tres años, lejos de los 60 millones de 2011.
Reacción rápida
La batalla parece estar por ahora en el mundo transaccional (con
sistemas de pago de comercio electrónico, micropagos en redes sociales y
desarrollo de monedas virtuales), porque ahí lo que se necesita es
tener una buena plataforma y no un Know how como en otras áreas de la
banca como la concesión de préstamos. Pero, si los gigantes tecnológicos
logran posicionarse ahí, por qué no van a intentar dar un paso más
allá.
Por ello, y ante tanto movimiento por parte de las empresas
tecnológicas, la reacción de los bancos debe ser rápida si no quieren
quedarse atrás. Solo un dato: según publicaba El País en un
artículo el pasado abril, Apple tenía en ese momento más tarjetas de
crédito almacenadas en iTunes (200 millones) que el Banco Santander
clientes en todo el mundo (100 millones). Así que nadie puede dormirse.
Menos ahora, que la confianza en los bancos vive sus horas más bajas.
Y si de algo vive el sector financiero es de la confianza de sus
clientes y si de algo presumen muchos de los gigantes tecnológicos es de
la fortaleza de su marca. Según un estudio de la consultora KAE, un 10%
de británicos y estadounidenses depositaría su dinero en Apple si la
compañía ofreciera servicios financieros. Cifra que se eleva hasta el
43% entre los clientes de Apple.
Fuente. DIARIO CINCODÍAS DE ESPAÑA
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