Tras días de parálisis, la Cámara aprobó, con 257 votos a favor y 167 en contra, un acuerdo parcial.
Con el cronómetro ya vencido, demócratas y republicanos llegaron este martes a un acuerdo parcial y de última hora para evitar el llamado 'precipicio fiscal', o enormes alzas de impuestos y recortes al gasto público que amenazaba con enviar a Estados Unidos hacia una nueva recesión.(Lea más información sobre las diferencias que tuvieron los partidos para lograr el acuerdo).
Pasadas las 11 de la noche del martes, los legisladores de la Cámara aprobaron sin cambios el proyecto remitido por el Senado con 257 votos a favor frente a 167 en contra.
El presidente Barack Obama agradeció a los representantes del Senado, de la Cámara y a su vicepresidente Joe Biden, el trabajo hecho para que se lograra la aprobación. "Este es sólo el primer paso", dijo Obama, quien afirmó que de esta manera está cumpliendo su promesa de campaña de hacer más justo el sistema.
El Senado ya había aprobado el pacto por abrumadora mayoría (89 contra 8 votos) en la madrugada de este martes, tras varias semanas de intensas y agrias negociaciones entre republicanos y demócratas.
El punto central del acuerdo, que cuenta con el respaldo de la Casa Blanca, prevé entre otras cosas un incremento de las tasas impositivas para lasfamilias que ganen más de 450 mil dólares anuales y que pasa del 35 al 39,6 por ciento. (Lea también: Estados Unidos aguanta el aliento por el 'abismo fiscal').
El resto de los estadounidenses (el 99,4% de la población) continuaría pagando los mismos impuestos que en el 2012. Aunque para llegar al acuerdo ambos partidos tuvieron que ceder, es considerado desde ya una victoria para el presidente Barack Obama que durante la campaña electoral del año pasado había prometido elevar las tasas tributarias del los más ricos del país como estrategia para frenar el galopante déficit fiscal.
Los republicanos, además, llevaban décadas oponiéndose en bloque a cualquier aumento tributario. Aun así, el Presidente tuvo que modificar su posición inicial, que buscaba una carga tributaria más alta para familias con ingresos superiores a los 250.000 dólares anuales.
Al aceptar que los aumentos en impuestos solo afecten a los que ganen más de 450.000 dólares, el nivel de ahorro que se había previsto cayó dramáticamente: de los 1,6 billones de dólares del plan inicial a unos 600.000 millones. "Si bien ni los demócratas ni los republicanos obtuvieron todo lo que querían, este acuerdo es lo que hay que hacer por el bien de nuestro país", dijo el mandatario.
Aunque el pacto desactivó lo que parecía una bomba de tiempo, deja sin resolver dos temas que auguran un nuevo choque de trenes entre ambos partidos.
Por un lado, el plan posterga por dos meses los recortes automáticos del gasto público que debían entrar en vigor el primero de enero y cuyo valor está cifrado en 110.000 millones de dólares para el 2013.
Estos súbitos recortes, predecían los expertos, podrían desacelerar el crecimiento de una economía que apenas levanta cabeza tras la crisis financiera del 2008.
Así mismo, quedó sin resolverse el tema del techo de la deuda estadounidense, que debe ser ampliado antes del 28 de febrero o EE. UU. no podrá cumplir con sus gastos y obligaciones financieras.
Un hecho semejante provocó, en el 2011, que la calificadora de riesgo Standard and Poor's rebajara la nota de EE. UU. de AAA a AA+, algo nunca visto en la historia.
Fuente. DIARIO EL TIEMPO DE BOGOTÁ
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