Nuevo capítulo en el conflicto entre Corea del Norte y su vecina en el Sur. Este miércoles, el régimen comunista de Pyongyang ha prohibido la entrada de los empleados surcoreanos que a diario trabajan en elcomplejo industrial de Kaesong, único proyecto de cooperación entre las dos Coreas situado en territorio del Norte, según ha informado la agencia Yonhap.
Seúl no ha tardado en responder. Su ministro de Defensa ya ha anunciado que están preparados para una "posible acción militar" que garantice la seguridad de los ciudadanos surcoreanos que trabajan en Kaesong. "Hemos preparado un plan de emergencia que incluye la acción militar en el caso de situación grave", afirmó el gabinete del Ministerio.
En la actualidad, 868 surcoreanos tienen un puesto de trabajo en esta área, en la que también trabajan 54.000 norcoreanos. Kaesong alberga además 123 empresas de Corea del Sur, que fabrican diversos productos aprovechando el bajo coste de la mano de obra del país comunista.
A pesar de las recientes amenazas de Pyongyang de cerrar el complejo, hasta la fecha el régimen de Kim Jong-un había autorizado la entrada y salida de trabajadores y vehículos con cargamento de Corea del Sur por el paso a través de la zona desmilitarizada que divide ambos países.
Hasta hoy. En un primer momento, el régimen de Kim Jong-un no ha permitido que los empleados cruzaran la frontera para entrar a las fábricas y durante unas horas, los 179 empleados y 153 vehículos surcoreanos que debían hacerlo han permanecido bloqueados, según ha confirmado el Gobierno de Seúl. Son sólo una parte de las 484 personas y 371 vehículos tenían proyectado pasar este miércoles al complejo.
"Corea del Norte no ha dado su permiso, como hace normalmente, a los surcoreanos que debían entrar hoy" en las fábricas, indicó en un primer momento un portavoz del ministerio surcoreano de Unificación a la agencia France Presse. Como cada mañana, este ministerio había formulado, vía telefónica, la correspondiente solicitud a Pyongyang para que habilitara el paso.
Finalmente, el Gobierno de Kim Jong-un ha prohibido la entrada en territorio de Corea del Norte a los trabajadores procedentes del sur, aunque sí ha dejado que los empleados surcoreanos que llevaban varios días en el complejo lo abandonaran y regresaran a Seúl.
A pesar de esta medida, la dirección de Kaesong ha comunicado que la planta opera con normalidad.
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