Un jurado militar ha condenado a la pena de muerte al Nidal Malik Hasan, el comandante del Ejército de EE UU que en noviembre de 2009 asesinó a 13 compañeros e hirió a otros 32 en Fort Hood. En la actualidad sólo hay cinco soldados en el corredor de la muerte. El último miembro del Ejército en ser ejecutado fue John Bennet, que murió ahorcado en 1961 por haber violado a una niña de 11 años.
Hasan, que acudió vestido con ropa talibán, escuchó el veredicto impasible. La semana pasada, el mismo jurado lo encontró culpable de todos los cargos que pendían sobre él. La condena a la pena capital es apelable de manera inmediata, pero no está claro si Hasan, que durante el proceso se representó a sí mismo, tiene intención de recurrir el fallo. A lo largo del juicio, que comenzó el 6 de agosto, este antiguo psiquiatra del Ejército, ha declinado presentar testigos, interrogar a los de la fiscalía o realizar ningún alegato en su defensa.
En la que ha sido su única intervención en el proceso, Hasan reconoció ser el autor de la matanza del pasado 5 de noviembre. Entonces, el comandante comenzó a disparar indiscriminadamente sobre sus compañeros que hacían cola para vacunarse antes de ser destinados a Afganistán, perpetrando la mayor matanza de soldados sufrida por el Ejército de este país en suelo estadounidense. Hasan siempre ha alegado que perpetró la masacre para defender a talibanes de morir a manos de las tropas de EE UU en Afganistán. Un argumento que la juez militar le prohibió emplear para basar su defensa y contra el que podría recurrir si decide apelar.
Hasan permanecerá en el corredor de la muerte de Fort Leavenworth (Kansas), donde están los otros cinco soldados condenados a la pena capital. El comandante aún deberá esperar mucho tiempo hasta ser ejecutado. En el caso de la pena de muerte impuesta a militares, es el presidente de EE UU quien tiene la última palabra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario