El candidato socialdemócrata a la Cancillería alemana, Peer Steinbrück, ha presentado esta mañana un programa de cien días de gobierno con el que pretende dejar claro qué haría en los tres primeros meses de legislatura si ganase las elecciones del 22 de septiembre. Su intención, además de intentar elevar el ritmo cardíaco de una campaña electoral un tanto adormecida, es atacar a Merkel por el flanco social.
Steinbrück promete legislar de inmediato un salario mínimo de 8,5 euros por hora trabajada, esforzándose mucho en diferenciar esta promesa de la de Merkel: "Yo hablo de una ley, no de acuerdos que en última instancia dejan margen de maniobra a los empresarios, como aparece en la propuesta de la CDU".
Además de centrar sus promesas en las franjas de votantes de mayor edad, se ocupa también de los inmigrantes, a quienes promete la doble nacionalidad sin restricciones. "No veo la dificultad para que, a estas alturas, una persona que haya nacido en Alemania, ido al colegio en Alemania y trabaje en Alemania no pueda tener la doble nacionalidad, sin obligarle a elegir entre la de sus padres y la de su trayectoria vital", ha dicho.
En su plan de nueve puntos aparecen también los alquileres accesibles a todos y más plazas de guardería, así como unaequiparación de los salarios que reciben hombres y mujeres, una promesa tan difícil de cumplir en términos reales que incluso se ha sonrojado ante la pregunta sobre cómo conseguirlo en una sistema de salarios liberalizado como el alemán.
Las posibilidades de que Steinbrück se vea en el brete de tener que cumplir con estas promesas, sin embargo, son de momento escasas, porque su rival, Merkel, le saca unos veinte puntos en las encuestas de intención de voto, pero él confía todavía en su capacidad de movilización: "Hay aún muchos votantes indecisos".
No hay comentarios.:
Publicar un comentario