Mariano Rajoy no está dispuesto a rectificar ni una coma. El presidente del Gobierno se "ratifica", punto por punto, en todo lo que manifestó ante el pleno del Congreso, celebrado en la sede del Senado, el pasado 1 de agosto.
Así ha rechazado de plano, una vez más, que Luis Bárcenas estuviera en el PP cuando él llegó a la Presidencia del Gobierno, en diciembre de 2011, así como que él, pese a lo declarado por Cospedal ante el juez Ruz, fuera el responsable directo de la gestión del ex tesorero.
Según Rajoy, sus palabras literales el pasado 1 agosto fueron: "Cuando fui elegido presidente del Gobierno el señor Bárcenas no estaba en el partido no era el tesorero y no tenía representación política". Y ha añadido: "Nada ni nadie ha desmentido lo que yo dije. Ninguna información puede desacreditar lo que dije. Me reafirmo en todo".
Rajoy ha insistido en que cuando llegó a La Moncloa, Bárcenas ya no formaba parte del partido, pese a que seguía cobrando un sueldo abultadísimo del PP. También ha dicho que su secretaria general María Dolores de Cospedal, no dijo ante Ruz que fuera él quien pactara con Luis Bárcenas el sueldo, o indemnización diferida, que recibió.
Rubalcaba ha llegado a citar a Churchill para referirse al la situación de Rajoy: "Su historia es una patraña envuelta en una mentira que desemboca en un embuste".
Pero Mariano Rajoy ha respondido a ambas preguntas desafiante. Ha utilizado un tono que ha gustado mucho en su bancada, hasta el punto de que se ha visto recompensada con un fuerte aplauso. Ha asegurado que mantiene "en su totalidad" todo lo dicho en el Senado.
Respecto a la declaración de Cospedal el presidente asegura que en la misma no aparece que la secretaria general del partido cargara sobre él la responsabilidad de Bárcenas. "Usted es el que miente", le ha reprochado a Rubalcaba.
El presidente ha hecho hincapié en que no entrará en el "y tú más" pese a que, ha asegurado tener "oportunidades para hacerlo" y "especialmente en el día de hoy", haciendo así clara referencia a la imputación de Griñán y Chaves en el caso de los ERE falsos de Andalucía.
El jefe del Gobierno se ha despedido del Hemiciclo dedicando un saludo con la mano a todos sus diputados que le jaleaban.
Después la vicepresidenta del Ejecutivo, Soraya Sáenz de Santamaría, ha afirmado que el Ejecutivo "asume sus responsabilidades y las ejerce". Y a su vez ha cuestionado a su interlocutora, Soraya Rodríguez, la portavoz del PSOE, si los socialistas están dispuestos a "asumir las suyas".
Rodríguez ha acusado al Gobierno de intentar evitar comparecer en la Cámara. "¿Les parece esto razonable?", ha preguntado. Según Rodríguez, el PP gobierna "a espaldas del Parlamento y a escondidas de los ciudadanos". Y ha puesto ejemplos relacionados con el caso Bárcenas o Siria.
"Les veo desorientados y asustados", ha dicho. Y ha acusado a la vicepresidenta de pensar sólo "en salvar su imagen" y además le ha reprochado "malinterpretar en cuestión de segundos autos judiciales que afectan a otros partidos".
Sáenz de Santamaría, no ha dudado en echar mano del caso de los ERE señalando la estrategia del PSOE que ha buscado un sitio en el senado a Griñán para protegerle de los Ere.
La vicepresidenta también ha pedido "prudencia" a Rubalcaba porque en su opinión, la corrupción "no es un problema de partidos ni de unos ni de otros" ya que en "algunas administraciones", en referencia a la andaluza, "también los hay".
"Propongan más y gesticulen menos", les ha dicho después de urgirles para que vuelvan a la negociación y al diálogo y se presten a apoyar el proyecto de Ley de transparencia que mañana mismo se votará en la Cámara.
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