miércoles, julio 16, 2014

Los Veintiocho eligen esta noche a los líderes de la UE para el próximo lustro

Los Veintiocho eligen esta noche a los líderes de la UE para el próximo lustro


Los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea se preparan este miércoles para una larga noche que marcará las políticas comunitarias de los próximos cinco años. Los Veintiocho se reúnen esta tarde en Bruselas para elegir a los cargos más representativos en las instituciones comunitarias. Una vez que Jean-Claude Juncker ha sidoratificado como presidente de la Comisión Europea en la Eurocámara, los mandatarios deben elegir esta noche los otros puestos clave: la presidencia del Consejo Europeo –representa a los Estados miembros-, el alto representante para la Política Exterior y el presidente delEurogrupo, un cargo en el que se da prácticamente por seguro al ministro español de Economía, Luis de Guindos.
Juncker quería cerrar lo antes posible los principales nombramientos para tener tiempo de cuadrar el rompecabezas de la Comisión Europea, cuya composición se conocerá más adelante. Es probable que los jefes de Estado y de Gobierno vuelvan a reunirse en septiembre para cerrar todos los puestos del Ejecutivo comunitario, que aunque formalmente dependen de Juncker, se diseñan de manera pactada con los Estados miembros.
Frente a los temores de que esta noche sólo se conociera el nombre de la representación exterior de la UE, fuentes diplomáticas aseguran que tiene más posibilidades de triunfar la opción alemana: un paquete con los puestos principales que permita ir despejando las grandes incógnitas. Aunque todo está sujeto a la negociación de última hora, el puesto más claro parece el de la próxima jefa de la diplomacia europea a partir de octubre, la italiana Federica Mogherini, ahora ministra de Exteriores en su país. La apuesta decidida del poderoso primer ministro italiano, Matteo Renzi, por su candidatura la ha aupado a ese puesto. Aunque no era la opción favorita –se le achaca su inexperiencia-, Alemania y Francia se disponen a darle su beneplácito y España tampoco la ve con malos ojos.
La principal oposición a este nombramiento proviene de los países del Este por la tibia posición que ha mantenido Italia –y Mogherini como responsable de Exteriores- frente a Rusia en la crisis ucrania. Polonia, el país más firme a la hora de reclamar una mayor dureza hacia el Kremlin, tenía a su propio jefe de la diplomacia, Radoslaw Sikorski, como candidato a la alta representación, pero sus opciones parecen haberse desvanecido. Otro nombre que la familia de los conservadores vería con agrado sería el de la búlgara Kristalina Georgieva, ahora comisaria europea de Ayuda Humanitaria, aunque los diplomáticos en Bruselas dan por ganador a Renzi en esta batalla.
También una mujer se perfila para dirigir el Consejo Europeo. Laprimera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, aglutina el máximo consenso para convertirse en la voz de los Estados miembros en las instituciones comunitarias. Su nombramiento, no obstante, es delicado por dos motivos: proviene de un país no integrado en el euro –hasta ahora todos los presidentes del Consejo han pertenecido al club de la moneda única- y es socialdemócrata, al igual que Federica Mogherini (aunque es bien vista por muchos países con Gobiernos conservadores, entre ellos Reino Unido). Como rivales tiene al también primer ministro polaco, Donald Tusk, o al holandés, Mark Rutte, un liberal que permitiría dar un puesto de representación a esta familia política, que ha apoyado a Juncker, del Partido Popular Europeo, en la votación clave de la Eurocámara.
La elección, por tanto, es un complejo juego de equilibrios en el que mover una pequeña pieza hace tambalearse todas las demás. Aunque Thorning-Schmidt sea una representante socialdemócrata, paradójicamente su nombramiento beneficiaría a España más que a nadie. La máxima aspiración del Gobierno de Mariano Rajoy es situar a Luis de Guindos como presidente del Eurogrupo, la reunión de ministros de Economía del euro, que ahora no exige dedicación exclusiva, sino que recae en uno de esos ministros. Elevar a la presidencia del Consejo a un país ajeno al euro reforzaría la necesidad de dotar de más poderes al Eurogrupo –con dedicación exclusiva- y dar más peso a su presidente, en este caso a De Guindos. Aun así, todo depende de que el actual ocupante de esa silla, el socialdemócrata holandés Jeroen Dijsselbloem, sea el candidato elegido por su país para formar parte de la Comisión Europea y deje vacante la presidencia del Eurogrupo.
Más allá de batallar por los cargos, los jefes de Estado y de Gobierno iniciarán la reunión con un debate sobre política exterior, con los conflictos Rusia-Ucrania e Israel-Palestina sobre la mesa. Los mandatarios propondrán a los ministros de Exteriores que suspendan la cooperación económica y financiera con Rusia por su responsabilidad en el conflicto. Eso supone impedir que Moscú acceda a créditos del Banco Europeo de Inversiones y del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, un paso más en la tímida tanda de sanciones que ha aplicado la UE desde en el inicio de la confrontación. También está previsto que se expanda la lista de sancionados, esta vez con un grupo de empresas rusas a las que se vetaría en la UE. En el caso de la violencia en Gaza, los jefes de Estado y de Gobierno se limitarán a pedir a las partes un alto el fuego y que vuelvan a la mesa de negociación.

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