Tras dos días de reunión en Argel, la cumbre de la Liga Árabe ha terminado con el compromiso por parte de sus líderes de retomar el plan de paz con Israel propuesto por este organismo en 2002. Para promocionar la iniciativa, enviarán una comisión a Europa y EEUU. Y es que desde su aprobación hace tres años, el plan no ha experimentado ningún avance a causa de la oposición israelí y del escaso apoyo occidental. Previamente, la cumbre rechazó una propuesta jordana para que los países árabes normalicen sus relaciones con Israel sin exigir a cambio la devolución de los territorios ocupados durante la guerra de 1967. Por el contrario, los líderes árabes se han atenido al plan de paz aprobado en la cumbre de 2002, celebrada en Beirut, en el que se comprometían a normalizar sus relaciones con Israel sólo en el caso de que el Estado hebreo se retirase de los territorios ocupados, permitiese la creación del Estado palestino y aceptase el regreso de los refugiados palestinos. La comisión que enviarán a Europa, EEUU y otros países tiene como objetivo promover mejor la iniciativa, que fue rechazada por Israel y ha contado con escaso apoyo por parte de Occidente. En 2002, tras la aprobación del plan, se decidió la formación de una comisión similar para defenderlo ante la ONU, Estados Unidos, Rusia, los países islámicos y la Unión Europea.
El plan de 2002, presentado conjuntamente por Arabia Saudí, fue la primera ocasión en que los países árabes mostraban cierta voluntad de mantener relaciones pacíficas con Israel, pero el propio mundo árabe interpretó esta iniciativa más como una suavización de su posición respecto a Israel que como una vía de solución.
Apoyo a Siria
En la declaración final, los dirigentes árabes expresaron también su "pleno apoyo a la hermana Siria frente a la autodenominada 'Ley de Responsabilidad de Siria'", una ley estadounidense aprobada el año pasado por la que se impusieron sanciones económicas a este país. "Es una violación del derecho internacional y una actitud contraria a la lógica del diálogo", afirmó el secretario general de la Liga Arabe, Amr Mussa, durante la lectura de la declaración.
Los dirigentes árabes se comprometieron también a efectuar reformas, a avanzar hacia la modernización y a reforzar la democracia, los Derechos Humanos y el papel de la mujer en la sociedad civil.
Además, los 22 miembros de la Liga decidieron establecer, de forma transitoria, un organismo consultivo que los propios líderes han calificado de "Parlamento árabe". Asimismo, defendieron la reforma de la Carta fundacional de la Liga (elaborada hace 60 años) a fin de mejorar la aplicación de sus decisiones.
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