De transición a la democracia, como la quiere EE UU y el mundo occidental, nada. Lo dijo alto y claro el presidente en funciones de Cuba, Raúl Castro, al clausurar el miércoles un congreso sindical en La Habana, el primer gran acto político interno en que participa en sustitución de su hermano Fidel. Según el segundo hombre de la jerarquía cubana, la transición que pide Washington para la isla no es otra cosa que "un vergonzoso retorno a la basura del capitalismo neocolonial que impusieron en este país" hasta 1959. Dicho esto, y confirmada una vez más la línea del socialismo cubano, el discurso de Raúl Castro fue directo, breve y nada complaciente con la burocracia y los errores propios.
El jefe del Ejército cubano identificó como una de las causas de "los hechos de corrupción y robo, de las ilegalidades e indisciplinas laborales", que los trabajadores no se sienten dueños de los medios de producción; pero, consideró, no se puede echar la culpa de esta situación únicamente a "la huella negativa" dejada por la crisis de los noventa y por las reformas entonces "adoptadas en el esfuerzo de que el país sobreviviera".
Escuchar a la gente
Raúl Castro pidió a los dirigentes ser autocríticos y "escuchar" las reclamaciones de la gente en los centros de trabajo, "aunque no agrade lo que nos digan". Para estar a la altura de los tiempos que corren, reclamó, además, a los cuadros políticos desbrozar de burocracia y formalismos la actividad sindical, "eliminar lo superfluo y concentrarse en lo realmente decisivo", no hacer perder tiempo a la gente y criticar siempre "cara a cara las actitudes incorrectas".
La clausura del XIX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba fue el escenario del primer discurso interno de Raúl como presidente en funciones, pues hasta ahora sólo había intervenido públicamente ante las delegaciones internacionales que asistieron a la XIV Cumbre de los Países No Alineados, celebrada en La Habana la semana pasada.
Sus palabras, salpicadas de referencias a discursos y pensamientos de Fidel Castro, duraron poco más de 30 minutos y se centraron en los problemas y las "deficiencias" internas más que en los "éxitos", haciendo buenos los análisis de aquellos que en Cuba aseguran que Raúl es un hombre "pragmático".
Tanto es así, que en un momento llegó a decir que, dada la prolijidad y volumen de los documentos aprobados por el XIX Congreso de la CTC "a un dirigente sindical de base e incluso de una instancia intermedia o nacional, puede resultarle realmente difícil identificar cual es la tarea principal entre las muchas que debe de enfrentar cotidianamente"
Ayer, Raúl Castro recibió al primer ministro de Rusia, Mijaíl Fradkov, quien inició una visita oficial a Cuba para firmar varios acuerdos financieros y comerciales con su antiguo socio de la guerra fría. Fradkov es el funcionario ruso de mayor rango que visita Cuba desde el viaje del presidente Vladímir Putin en 2000.
Fuente: Diario El País de España
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