Anticipándose a la visita que el presidente norteamericano, George W. Bush, realizará la próxima semana a Uruguay, el mandatario brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, llega hoy a Montevideo para intentar solucionar uno de los reclamos que hacen temblar al Mercosur. Durante su visita de seis horas, el presidente buscará convencer a su colega uruguayo, Tabaré Vázquez, de permanecer en el bloque regional ante las tentativas de la Casa Blanca de firmar un tratado de libre comercio (TLC) con el Uruguay. Para hacerlo, la comitiva brasileña encabezada por Lula llega a Montevideo con las valijas cargadas de atracciones. Se trata, básicamente, de propuestas de inversiones de Petrobras y del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes), además de sugerencias para facilitar la entrada de productos uruguayos a Brasil.
La maniobra puede interpretarse también como una jugada de Lula para erigirse en interlocutor entre la región y Bush, ya que éste visitará Brasil antes que Uruguay la próxima semana, y es conocida la aversión que le provoca la figura de Hugo Chávez, presidente del más flamante socio del Mercosur. El brasileño, no obstante, negó, en una entrevista difundida ayer, que su país mantuviera una puja con Venezuela por el liderazgo regional. Por otra parte, todo indica que Lula continuará al margen de la disputa que desde hace dos años enfrenta a los gobiernos uruguayo y argentino por la construcción de plantas de celulosa. "[El tema] está siguiendo un curso jurídico [con reclamos cruzados en la Corte Internacional de Justicia de La Haya] y político propio, en el cual no le compete a Brasil interferir", afirmó Lula, según informaron diarios uruguayos ayer.
Fuentes diplomáticas dijeron que no se espera hoy la firma de ningún tratado importante entre Lula y Tabaré, sino solamente un acercamiento entre ambos mandatarios y la creación de un "clima favorable" a la cooperación bilateral. El director del Departamento América del Sur de la cancillería brasileña, Enio Cordeiro, dijo al diario Folha de S. Paulo que hay disposición política del gobierno de Lula para flexibilizar reglas del Bndes de modo que éste pueda financiar a empresas uruguayas. Petrobras, por su parte, propondrá invertir en la construcción de una usina termoeléctrica, en líneas de distribución de gas y en una fábrica de tratamiento del fluido. La comitiva también ofrecerá a la administración de Vázquez la posibilidad de reducir los impuestos a la remesa de recursos para el pago de servicios prestados por empresas uruguayas. Con ello, el intercambio comercial de ambos se vería beneficiado en favor de Uruguay, que se ha quejado en diversas oportunidades de las asimetrías con Brasil.
El gobierno oriental, en tanto, se encuentra dividido entre quienes favorecen un acuerdo directamente con Estados Unidos y quienes proponen fortalecer la integración en el Mercosur. "Un Mercosur más fuerte, con menos asimetrías y beneficios más equitativos para sus socios será un Mercosur capaz de negociar mejores acuerdos con otros países, en especial los grandes mercados como Estados Unidos y la Unión Europea", señaló Lula al diario uruguayo El Observador . La mención que Lula hizo de Estados Unidos se inscribe en la visita a la región que Bush realizará la semana próxima. El gobierno norteamericano quiere asociarse al brasileño en el área de alcohol y propondrá al uruguayo su Rose Garden, acuerdo que Brasil y la Argentina ya firmaron con Estados Unidos y que no interfiere en el Mercosur, como antesala de un TLC.
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