La adulteración cartográfica chilena

El diario El Comercio de Lima, viene de tiempo atrás realizando una serie de artículos y reportajes, sobre lo considera es la situación en la frontera con Chile. Hoy se ocupa del artículo que cito a continuación:

La revelación periodística de El Comercio publicada ayer respecto a que en 1998 Chile modificó unilateralmente su cartografía oficial adulterando la línea fronteriza acordada en el Tratado de 1929 generó ayer reacciones.

En la esfera parlamentaria, dos legisladores integrantes de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, Luis Gonzales Posada (Partido Aprista Peruano) y Yonhy Lescano (Alianza Parlamentaria), coincidieron ayer que este lunes tramitarán un pedido para que el canciller José Antonio García Belaunde remita por escrito un informe completo acerca de esta incongruencia detectada en los mapas chilenos de la frontera terrestre.

El Comercio intentó comunicarse ayer con el ministro de Relaciones Exteriores, pero este se encontraba en viaje de retorno a Lima procedente de Alemania.

Para el congresista Luis Gonzales Posada (Apra) --quien además se desempeñó como canciller de la República durante el primer gobierno aprista--, la de ayer fue una "extraordinaria" revelación periodística de este Diario, "que demuestra objetivamente una maniobra geográfica (por parte de Chile) evidenciada en cambiar la cartografía chilena en el límite terrestre del punto de La Concordia hacia el Hito 1".

"Evidentemente --prosiguió-- esto responde a una estrategia (chilena) ya diseñada desde el año 1998 no solamente para ganar los 37.000 metros cuadrados en la zona marítima, sino para reforzar su posición del paralelo geográfico".

Sin embargo, Gonzales Posada advirtió que esta adulteración (de los mapas de navegación elaborados por la Armada de Chile) no tiene ningún efecto jurídico, porque "demuestra que se está violentando el Tratado de 1929, así como los trabajos de la Comisión Mixta Demarcadora de 1930".

Por ello es que Gonzales Posada sugirió que la cancillería envié una comunicación al Gobierno Chileno de manera precisa sobre este tema y con copia a las Naciones Unidas, "porque ningún país unilateralmente y cincuenta años después de mantener una cartografía que corresponde a un tratado, puede adulterarla".

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