Además, un tercer coche sospechoso, un Saab negro, se localizó en Fleet Street, que fue también cerrada al tráfico durante más de una hora para analizarlo. La policía está revisando las cámaras de televisión de la zona y ha pedido a los ciudadanos que anoche frecuentasen esas calles y puedan.
El primer ministro británico, Gordon Brown, que se estrena en su puesto tras la despedida de Tony Blair, advirtió de que Reino Unido afronta una amenaza "seria y continua" y pidió a la población que se mantenga "alerta".
Según explicó el jefe del Gobierno, la ministra británica de Interior, Jacqui Smith, preside el denominado 'comité Cobra', formado por los principales titulares de carteras y los servicios secretos, para analizar los últimos acontecimientos.
El 7 de julio de 2005, Londres fue el escenario de un atentado perpetrado en el metro y en un autobús en el que murieron 52 personas y más de 700 resultaron heridas. Tres de los suicidas que provocaron las explosiones eran de origen paquistaní y uno, jamaicano. El del 7-J fue el primer ataque suicida cometido en suelo europeo.
Días después, el 21 de julio, un ataque muy similar aunque de mucha menor entidad volvió a sembrar el pánico en Londres.
En marzo de 2007 tres hombres fueron arrestados y culpados de conspirar con los autores del 7-J, convirtiéndose así en los primeros acusados formalmente por los atentados. Dos meses después, cuatro personas fueron detenidas en relación con ataques del 7-J, entre ellas, la viuda del presunto cerebro de la matanza, Mohamed Sidique Khan.
En agosto de 2006, la policía abortó un intento de atentado inminente en aviones que cubrían el trayecto entre Reino Unido y EEUU. El plan, según Scotland Yard, consistía en causar explosiones en pleno vuelo con líquidos químicos llevados en el equipaje de mano. Decenas de personas fueron detenidas y miles de viajeros se vieron afectados por el cierre del aeropuerto londinense de Heathrow.
Fuente: Diario El Mundo de España
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