La decisión del presidente de Bolivia, Evo Morales, de poner en juego en un referéndum revocatorio su mandato y el de los nueve gobernadores del país es una "maniobra" y una "hábil jugada política" para desviar el debate y "desinflar" algunos conflictos, según opinaron ayer varios analistas. "Es una estrategia de distracción", dijo la politicóloga Ximena Costa, de la Universidad Andina Simón Bolívar, para quien el anuncio de Morales busca que pasen a un segundo plano temas polémicos, como la Asamblea Constituyente y el recorte de las rentas petroleras que reciben las regiones. El analista Carlos Cordero, profesor de Ciencias Políticas, sostuvo que la propuesta del presidente es una "hábil jugada política" que permite "desinflar" las presiones en su contra que se han acumulado en las últimas semanas.
Morales anunció anteanoche que enviará un proyecto de ley al Congreso Nacional para que éste convoque "rápidamente" a un referéndum para revocar su mandato y el de los nueve gobernadores del país, la mayoría opositores. En las elecciones de diciembre de 2005, Morales ganó con el 53,7 por ciento de los votos, pero en seis de los nueve departamentos del país fueron elegidos gobernadores de partidos opositores. En las elecciones para la Asamblea Constituyente, celebradas en julio del 2006, su partido consiguió el 50,7 por ciento de los votos. "Si el pueblo dice: «Se va Evo», no tengo ningún problema; soy más demócrata. El pueblo dirá quiénes se van y quiénes se quedan para garantizar este proceso de cambio", afirmó el mandatario izquierdista durante un mensaje a todo el país en medio de la peor crisis política de su mandato. La propuesta de Morales es un "desafío político", opinó Cordero, para quien "es más deseable el debate que la política en las calles". Agregó que esa iniciativa abre en el país un nuevo escenario electoral, en el que la ciudadanía "va a participar activamente en la solución de los conflictos, en un momento de mucha convulsión".
La reforma herida de muerte
La actual crisis comenzó el 24 de noviembre, cuando el gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) aprobó en primera instancia el proyecto de Constitución de Morales, en un liceo militar de Sucre, sin la oposición y en medio de disturbios que causaron tres muertos y unos 300 heridos. Asimismo, la semana pasada, parlamentarios oficialistas reformaron la ley de convocatoria de la Asamblea Constituyente para que pudiera trasladar sus sesiones de Sucre a cualquier otra ciudad, y aprobaron otra norma para pagar un bono de vejez con parte de las rentas petroleras que reciben las regiones.
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