Militares y líderes de la oposición jugaron por igual un papel crucial en hacer que el presidente Hugo Chávez reconociera los resultados del referéndum del pasado domingo en Venezuela, dijeron a El Nuevo Herald fuentes familiarizadas con el incidente. A pesar de que el mandatario venezolano negó ayer en un programa televisivo haber recibido presiones del alto mando militar ese día para que admitiera la derrota de su reforma constitucional, en realidad Chávez se sintió conminado a aceptar los números luego de varios análisis de su entorno militar y de llamadas telefónicas clave. Una de estas llamadas se produjo desde una sala de reuniones de la oposición, en el este de Caracas, con el objeto de advertir al jefe del Comando Unificado de las Fuerzas Armadas Nacionales (CUFAN), el general Jesús González González, que un desconocimiento del triunfo del NO podría desencadenar una guerra civil en Venezuela. Poco antes de las 8 p.m., cuando se suponía que la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, debía anunciar los resultados definitivos del referéndum, una serie de llamadas y contactos entre disidentes del chavismo y la oposición comenzaron a crear suspicacias y preocupación en el Centro Lido, un edificio ubicado en el distrito financiero de Chacao, al este de Caracas. Ahí tiene sus oficinas Manuel Rosales, gobernador del Zulia y líder del partido opositor Un Nuevo Tiempo.
Importantes personalidades se habían congregado en ese lugar, que funcionó como un centro de totalización de datos para la oposición, y adonde llegaban no sólo las últimas proyecciones, sino también las cifras de cada una de las 33,600 mesas de votación en todo el país que anunciaban un claro triunfo del NO.
Importantes personalidades se habían congregado en ese lugar, que funcionó como un centro de totalización de datos para la oposición, y adonde llegaban no sólo las últimas proyecciones, sino también las cifras de cada una de las 33,600 mesas de votación en todo el país que anunciaban un claro triunfo del NO.
''La oposición no sabía cómo gerenciar la situación, hasta que decidió presionar a los militares advirtiéndoles que lo que vendría si desconocían los resultados podría ser sangriento'', dijo a El Nuevo Herald un empresario que fue testigo de lo ocurrido ese día en la oficina de Rosales. El gobernador de Zulia decidió hacer una llamada a González González tras analizar con cuidado el escenario que ofrecía unas cifras favorables al NO, y porque para ese momento comenzaban a llegar insistentes rumores de que Chávez consideraba hacer caso omiso de los resultados. En otra línea en el mismo despacho, un editor y ex dirigente político de izquierda se comunicó vía telefónica con el vicepresidente Jorge Rodríguez para advertirle de las consecuencias de que no se reconociera la derrota en Miraflores. Según versiones de prensa divulgadas en Caracas, Rodríguez se encontraba en la sede del CNE postergando la emisión del primer boletín con los resultados.
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