Los grandes inversores financieros del mundo buscaron ayer curarse en salud: optaron por desprenderse de aquellos activos que les redituaron buena ganancia en lo que va de 2007, en un intento por asegurarse un balance anual positivo frente al creciente grado de incertidumbre que observan en la evolución de la economía de Estados Unidos. De esta manera, profundizaron la conducta adoptada en el cierre de la semana previa, tras haber comprobado que el riesgo de que ese país viva una estanflación –fenómeno que se caracteriza por reunir en un mismo período inflación y una fuerte caída en el nivel de actividad– había crecido, lo que achica las posibilidades para que la Reserva Federal (Fed, como se conoce al banco central norteamericano) profundice su estrategia de recorte de las tasas de interés.
El presidente George W. Bush advirtió ayer sobre "nubes negras" en la economía norteamericana
Foto: AFP
El temor a ese escenario, al que el ex presidente de la Fed Alan Greenspan asigna cada vez más probabilidades, se acrecentó ayer tras conocerse que el indicador que mide el ritmo industrial en Nueva York cayó de 27,4 a 10,3 puntos de noviembre a diciembre, cuando se esperaba que descendiera hasta las 21 unidades. Y provocó bajas de hasta el 1,50% en los índices más representativos y tradicionales de Wall Street (fue lo que cayó el S&P 500, en tanto el Dow Jones perdió 1,29%), que se ampliaron hasta 2,32% en el caso del más volátil Nasdaq, de las empresas tecnológicas. Y dejó retrocesos del 1,5% promedio en las principales plazas de Europa. Hasta el presidente George W. Bush se vio obligado a reconocer ayer que se estaban formando “nubes negras” sobre la economía de Estados Unidos, pero se mostró seguro de que ésta permanecerá fuerte. “Es cierto, hay nubes negras, pero las bases son buenas y saldremos de este período”, dijo Bush, en una reunión con empresarios en Fredericksburg (Virginia), al enfrentarse a las inquietudes por las crisis del crédito y el sector inmobiliario. La lógica de los inversores es implacable al respecto: si los precios suben en un contexto de menor actividad, el fenómeno recesivo puede potenciarse, afectando el nivel de ganancias de las empresas. Claro que este cuadro amenazante suma la sospecha de que algunas entidades financieras están camuflando en sus balances el nivel de pérdidas que les causó la crisis del sector hipotecario, conocida como “crisis subprime”.
La necesidad de rescatar utilidades y, de paso, tratar de atravesar lo que se presume será un nuevo pico de volatilidad en los mercados, golpeó fuerte a los mercados emergentes; en especial a aquellos que mantenían fuertes diferencias positivas en lo que va del año.
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