El crecimiento económico peruano superó todas las expectativas en lo que va del año, pero el Presidente Alan García no está disfrutando de los frutos de su gestión. Golpeado en las encuestas, que con el 26% lo dejan en el punto más bajo de su popularidad, el Mandatario peruano está complicado por el alza internacional en el precio de los alimentos y una seguidilla de escándalos de corrupción en el gobierno.
La historia vuelve a repetirse. Como le pasó a su antecesor, Alejandro Toledo, García está siendo perjudicado principalmente por la paradoja del crecimiento peruano de los últimos años: mientras el país se posiciona como una economía fuerte, sus beneficios no son percibidos por los más pobres (cerca del 46%) que se sienten marginados y hasta perjudicados por los progresos.
"Existe la sensación de que hay una falta de liderazgo en la lucha contra la pobreza. La mitad más pobre de Perú es gente que vive fuera del sistema moderno" del que tanto se habla en el gobierno, dijo a "El Mercurio" Alfredo Torres, director de la consultora Apoyo, que realizó el último sondeo sobre la gestión del gobierno. Torres añadió que el Presidente no está trabajando en los temas sociales de manera apropiada.
Por eso, cuando a los peruanos les preguntan por qué desaprueban la gestión de Alan las primeras respuestas son la subida en el precio de los alimentos y el incumplimiento de sus promesas, entre las que estaba una mejor distribución de la riqueza.
Han pasado casi dos años desde que llegó al poder y la principal oposición al gobierno no ha provenido de las fuerzas políticas que derrotó en 2006, sino que de las organizaciones sociales.
Analistas consultados por "El Mercurio" destacaron como lo más positivo de su gestión la política económica, la firma del TLC con EE.UU. (que él mismo criticó durante la campaña) y una política exterior basada en el éxito financiero del país.
Pero ha fallado, puntualizó el columnista y ex ministro Fernando Rospigliosi, en realizar reformas esenciales para que el éxito sea percibido por la población, en áreas de educación, salud y seguridad ciudadana. Incluso, añadió, ha hecho una mala gestión al responder con debilidad a las necesidades de reconstrucción y ayuda a las víctimas del devastador terremoto del año pasado en la región de Pisco.
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La historia vuelve a repetirse. Como le pasó a su antecesor, Alejandro Toledo, García está siendo perjudicado principalmente por la paradoja del crecimiento peruano de los últimos años: mientras el país se posiciona como una economía fuerte, sus beneficios no son percibidos por los más pobres (cerca del 46%) que se sienten marginados y hasta perjudicados por los progresos.
"Existe la sensación de que hay una falta de liderazgo en la lucha contra la pobreza. La mitad más pobre de Perú es gente que vive fuera del sistema moderno" del que tanto se habla en el gobierno, dijo a "El Mercurio" Alfredo Torres, director de la consultora Apoyo, que realizó el último sondeo sobre la gestión del gobierno. Torres añadió que el Presidente no está trabajando en los temas sociales de manera apropiada.
Por eso, cuando a los peruanos les preguntan por qué desaprueban la gestión de Alan las primeras respuestas son la subida en el precio de los alimentos y el incumplimiento de sus promesas, entre las que estaba una mejor distribución de la riqueza.
Han pasado casi dos años desde que llegó al poder y la principal oposición al gobierno no ha provenido de las fuerzas políticas que derrotó en 2006, sino que de las organizaciones sociales.
Analistas consultados por "El Mercurio" destacaron como lo más positivo de su gestión la política económica, la firma del TLC con EE.UU. (que él mismo criticó durante la campaña) y una política exterior basada en el éxito financiero del país.
Pero ha fallado, puntualizó el columnista y ex ministro Fernando Rospigliosi, en realizar reformas esenciales para que el éxito sea percibido por la población, en áreas de educación, salud y seguridad ciudadana. Incluso, añadió, ha hecho una mala gestión al responder con debilidad a las necesidades de reconstrucción y ayuda a las víctimas del devastador terremoto del año pasado en la región de Pisco.
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