lunes, abril 21, 2008

Los desafíos impostergables para el próximo presidente de Paraguay

En un país de seis millones de habitantes, con recursos naturales envidiables pero una inmensa porción de los ciudadanos con hambre y la corrupción enquistada en el Estado, el nuevo presidente no tendrá una tarea sencilla. Deberá enfrentar una serie de desafíos a partir de su asunción, el 15 de agosto.






Pobreza: según datos oficiales, el 35,6% de la población es pobre, esto es, 2,16 millones de personas. Pero estimaciones extraoficiales aseguran que la cifra supera el 40%. Además, la Dirección de Estadísticas de Paraguay admite que hay un 19% de pobres extremos, una cifra que aumentó 4 puntos porcentuales desde 2005.


Desempleo: las cifras oficiales hablan de un 8,5% de desocupación, pero el comentario que más se oye en Asunción es que no hay trabajo. Por eso crece sin pausa el número de paraguayos que emigran a la Argentina, España y otros países. Analistas consultados por Clarín afirman que, si se suma el subempleo, la cifra se acerca al 40%.


Corrupción: Paraguay está considerado por la organización Tranparency International como el tercer país más corrupto de América latina, detrás de Venezuela y Ecuador, y está entre los peores calificados del mundo. Es una de las cargas más pesadas que dejó la larga y feroz dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Muchos aquí consideran imprescindible una reorganización de un Poder Judicial absolutamente atado a la política. Más bien, al Partido Colorado.


Contrabando: es una de las principales fuentes de ingresos. Su expresión más clara es Ciudad del Este, donde se consiguen desde copias en DVD de una película recién estrenada en Estados Unidos hasta armas de calidad y todo tipo de artículos, que entran al país sin ningún control ni pago de aranceles. Estimaciones privadas señalan que un 85% de los productos que se consiguen en Paraguay son de contrabando. Pero desarmar la fuerte cadena existente entre poder económico, poder político e impunidad no será fácil, ya que beneficia a grandes grupos de poder.


Política energética: fue otro tema de campaña. Paraguay comparte con Brasil la represa hidroeléctrica de Itaipú. Pero el tratado binacional es desfavorable a Paraguay, por eso la mayoría de los ciudadanos exige su revisión. De las 20 turbinas de Itaipú, a Paraguay le corresponden diez, pero por su bajo consumo utiliza sólo la producción de una y el resto lo vende a la brasileña Electrobras. "Paraguay debe entregar a Brasil toda la energía al costo, a cambio de una compensación ínfima, de 2,8 dólares por megavatio/hora, cuando el precio de mercado es de 300 dólares", detalló a Clarín el ingeniero Ricardo Canese, ex viceministro de Energía de Paraguay. También se plantea renegociar con Argentina por la represa de Yacyretá, cuya energía va casi en su totalidad a las redes argentinas. "Entre las dos represas se genera energía por US$ 9.000 o 10.000 millones por año. Paraguay recibe 400 millones. Esta es la cuestión fundamental", remarcó Canese. Y señaló que en el caso de Yacyretá además hay problemas técnicos a resolver. "Las redes no están conectadas a Paraguay, va casi todo a la Argentina. Es como si Arabia Saudita no pudiera acceder al petróleo".


Mercosur: los empresarios paraguayos sostienen que las pequeñas industrias locales han sido muy golpeadas por la enorme competitividad de Brasil y sobre todo de Argentina por el alto valor del dólar.

Fuente: Diario Clarín de Buenos Aires

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