lunes, octubre 27, 2008

Los demócratas sueñan con el poder total

El triunfalismo de unos es tan intenso como el derrotismo de los otros. Entusiasmada con el avance de su candidato presidencial, Barack Obama, la oposición norteamericana apunta a provocar, dentro de ocho días, un terremoto electoral tal que le permita dar luz a Obamaland: una nación gobernada por los demócratas desde la Casa Blanca y desde un Congreso de mayorías totales.




Las encuestas indican que ese escenario no es descabellado. Y los republicanos se deprimen ante la posibilidad de que ?los progresistas dominen todas ramas del gobierno sin control?. El único dejo de optimismo viene, de hecho, de John McCain.

Además de elegir al sucesor de George W. Bush, los norteamericanos votarán el 4 de noviembre para renovar los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de las 100 bancas del Senado. Los demócratas ya cuentan con la mayoría en ambas cámaras, pero la suya es una ventaja estrecha, en especial en el Senado.

En la Cámara de Representantes, 235 asientos están en manos demócratas. Nancy Pelosi, titular del órgano y una de las dirigentes opositoras más repudiadas por los republicanos, busca sumar, por lo menos, otros 20.

En el Senado, sin embargo, los demócratas ocupan 49 escaños, como el oficialismo. Tienen, de todas formas, una pequeña ventaja porque los dos senadores independientes suelen votar con el bloque opositor.

Y ahora, energizados por la impopularidad de Bush y por el impacto de la crisis financiera, los demócratas intentan alcanzar un número mágico: 60. Con 60 senadores, los demócratas podrían evitar un filibuster , la maniobra retórica que permite obstruir una votación y demorar el proyecto hasta que se acaba el tiempo legislativo. Ese número mágico conduciría a los demócratas a revivir el poder casi total que tuvieron durante las presidencias de Franklin D. Roosevelt y de Lyndon B. Johnson. Los legados de ambos mandatarios ?el del primero, en asistencia social; el del segundo, en derechos civiles? aún perduran en Estados Unidos.

Para alcanzar ese número, los demócratas deberían ganar varias de las 20 bancas del Senado que los republicanos ponen en juego en estas elecciones sin perder las propias. Piensan hacerlo con un terremoto electoral que cambiará el mapa político norteamericano?.

Nada será lo mismo en Washington después de este huracán electoral, dijo la semana pasada James Carville, estratego de la victoria de Bill Clinton en 1992. Las armas demócratas para hacerlo son muy similares a las que usaron los republicanos para lograr la victoria de Bush en 2004. Son copiadas, suele decir incluso el arquitecto de la reelección del actual presidente, Karl Rove. Una campaña casi científica, la movilización de las bases y de decenas de miles de voluntarios en cada uno de los estados y una recaudación de fondos que quintuplica la de McCain son los pilares de los demócratas para alcanzar el poder total.

Siga leyendo el artículo del diario La Nación de Buenos Aires

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

 
Libardo Buitrago / Blog © 2013 | Designed by RA