El gobierno de Barack Obama anunció el miércoles nuevos planes para facilitar que nueve millones de estadounidenses refinancien o vuelvan a negociar sus hipotecas, como parte de un esfuerzo agresivo de la Casa Blanca para estabilizar el mercado inmobiliario.
En un discurso en Phoenix, el presidente Barack Obama dijo que el plan "dará a millones de familias resignadas a la ruina financiera una oportunidad para salir a flote y prevendrá que la crisis cause estragos aún mayores en la economía. La reducción en la tasa de embargos hipotecarios ayudará a fortalecer los precios de las viviendas para todos".
Un elemento central del plan permitiría a hasta cinco millones de personas refinanciar sus hipotecas a través de los acreedores hipotecarios controlados por el gobierno Fannie Mae y Freddie Mac. Se desconoce por el momento el costo total del plan, aunque podría ser de más de US$ 275.000 millones debido a nuevos compromisos financieros del gobierno para ayudar a financiar a Fannie Mae y Freddie Mac.
El plan del gobierno de Obama tiene tres elementos principales: el esfuerzo para ayudar a propietarios a refinanciar sus hipotecas, sobre todo si el valor del contrato se acerca o sobrepasa el valor actual de sus hogares; una iniciativa de US$ 75.000 millones para modificar hipotecas que permita conseguir pagos más asequibles para hasta cuatro millones de deudores cuyas tasas de interés se han disparado o cuyos ingresos han disminuido; y medidas más amplias destinadas a reducir tasas de interés de las hipotecas.
La Casa Blanca también pidió la aprobación de una cláusula que permitiría a los jueces modificar las hipotecas en la corte. La industria bancaria ha luchado contra este tipo de medidas durante años, aunque algunos bancos recientemente han moderado su postura.
El plan de vivienda, parte de un esfuerzo más amplio por parte de Washington para enfrentar la crisis que ha estancado la economía de Estados Unidos, llega después de que el Congreso aprobara un paquete de estímulo fiscal de gran envergadura y de que el Departamento del Tesoro presentara su plan para apuntalar el sector bancario.
"Los efectos de la crisis (inmobiliaria) también han repercutido en los mercados financieros", dijo el presidente Obama. "Cuando el mercado inmobiliario se vino abajo, también lo hizo la disponibilidad del crédito de la que depende gran parte de la economía".
El plan de Obama parece mucho más completo que las medidas voluntarias aprobadas por el gobierno de Bush. Una gran diferencia es la cláusula que incluye la corte de bancarrota, que podría percibirse como una penalización para los bancos que no se ajusten a los planes del gobierno para modificar las hipotecas antes de que los propietarios de vivienda se declaren en quiebra.
Siga leyendo el artículo del diario The Wall Street Journal Americas, del diario La Nación de Buenos Aires
En un discurso en Phoenix, el presidente Barack Obama dijo que el plan "dará a millones de familias resignadas a la ruina financiera una oportunidad para salir a flote y prevendrá que la crisis cause estragos aún mayores en la economía. La reducción en la tasa de embargos hipotecarios ayudará a fortalecer los precios de las viviendas para todos".
Un elemento central del plan permitiría a hasta cinco millones de personas refinanciar sus hipotecas a través de los acreedores hipotecarios controlados por el gobierno Fannie Mae y Freddie Mac. Se desconoce por el momento el costo total del plan, aunque podría ser de más de US$ 275.000 millones debido a nuevos compromisos financieros del gobierno para ayudar a financiar a Fannie Mae y Freddie Mac.
El plan del gobierno de Obama tiene tres elementos principales: el esfuerzo para ayudar a propietarios a refinanciar sus hipotecas, sobre todo si el valor del contrato se acerca o sobrepasa el valor actual de sus hogares; una iniciativa de US$ 75.000 millones para modificar hipotecas que permita conseguir pagos más asequibles para hasta cuatro millones de deudores cuyas tasas de interés se han disparado o cuyos ingresos han disminuido; y medidas más amplias destinadas a reducir tasas de interés de las hipotecas.
La Casa Blanca también pidió la aprobación de una cláusula que permitiría a los jueces modificar las hipotecas en la corte. La industria bancaria ha luchado contra este tipo de medidas durante años, aunque algunos bancos recientemente han moderado su postura.
El plan de vivienda, parte de un esfuerzo más amplio por parte de Washington para enfrentar la crisis que ha estancado la economía de Estados Unidos, llega después de que el Congreso aprobara un paquete de estímulo fiscal de gran envergadura y de que el Departamento del Tesoro presentara su plan para apuntalar el sector bancario.
"Los efectos de la crisis (inmobiliaria) también han repercutido en los mercados financieros", dijo el presidente Obama. "Cuando el mercado inmobiliario se vino abajo, también lo hizo la disponibilidad del crédito de la que depende gran parte de la economía".
El plan de Obama parece mucho más completo que las medidas voluntarias aprobadas por el gobierno de Bush. Una gran diferencia es la cláusula que incluye la corte de bancarrota, que podría percibirse como una penalización para los bancos que no se ajusten a los planes del gobierno para modificar las hipotecas antes de que los propietarios de vivienda se declaren en quiebra.
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