jueves, julio 23, 2009

Frustración

Las expectativas generadas por el viaje de emergencia realizado ayer por la tarde por las comisiones de Roberto Micheletti y Manuel Zelaya a Costa Rica se desvanecieron cuando el presidente de Costa Rica dio a conocer la propuesta que no puede recibir el calificativo de nueva, sino contentiva de algunos detalles, pero firme en el punto de discordia.

Los siete puntos de la primera propuesta han recibido el revestimiento jurídico que refleja, en parte, los hechos que antecedieron al 28 de junio. Sin embargo, alejado del oficio de mediador, el mandatario óscar Arias ha hecho el oficio de árbitro señalando el día del regreso del Presidente depuesto sin considerar la decisión del Poder Judicial. Sólo faltó que hubiese señalado la hora el medio de transporte y hasta la comitiva.

Otra frustración que agrava la crisis, pues alimenta los niveles de confrontación e intransigencia de las partes a las cuales apela el Presidente como última esperanza: "Si dentro de tres días o cuatro días las partes me dicen que algo ha cambiado, volvámonos a reunir, no les podría decir que no... pero la verdad es que esto se ha alargado tres semanas y uno no sabe, lo único que puedo decir es que posiblemente ésta sea una propuesta razonable, moderada, equilibrada donde les hago concesiones a los dos grupos".

Tras el primer fiasco se escucharon mensajes de respaldo al diálogo para sostener la instancia que fue distorsionando su misión hasta tratar de imponer una solución, no mediar y conciliar en los asuntos entre hondureños. Tanto la Unión Europea como el Departamento de Estado de EUA y el propio Miguel Insulza, envalentonado desde el primer momento, insisten en que la solución tiene que venir de las palabras, no por enfrentamientos ni por sanciones comerciales o asfixia financiera.

La respuesta inmediata de la delegación de Zelaya fue la calificación de fracaso y pidió al presidente Arias que convoque "de urgencia, este mismo día, a los presidentes del Sistema de Integración Centroamericana (Sica) y al Consejo Permanente de OEA y al Consejo de Seguridad de ONU para que adopten las medidas coercitivas necesarias". Los representantes de Micheletti reconocieron algún avance, pero el documento del Acuerdo de San José debe ser conocido por los tres poderes del Estado para dar una repuesta oficial.

La amenaza de un cerco a nuestra economía, el retiro de la ayuda financiera, la disminución de la colaboración en programas de asistencia a los sectores más débiles y el aislamiento diplomático se dejarán sentir con fuerza; pero la entereza, unión y decisión de la población no sólo aminorarán los daños, sino que fusionarán al pueblo en pro de la libertad, la justicia y la paz.

Los hondureños estamos pagando errores, pero exigimos que no nos impidan rectificar, porque podemos y sabemos hacerlo, a fin de trazar un nuevo rumbo para la democracia y el pueblo hondureño. No es mucho pedir.

Fuente: Editorial del diario La Prensa de Honduras

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