El presidente estadounidense, Barack Obama, se ha reunido este martes en Pekín con su homólogo chino, Hu Jintao, en el transcurso de su primera visita oficial al país asiático.
En una comparencia conjunta sin preguntas ante los medios, Hu ha aseverado que la reunión con su par norteamericano ha sido "sincera, constructiva y fructífera" y ha reiterado las palabras del demócrata sobre la necesidad de fomentar la cooperación en un momento en que la situación internacional continúa sufriendo profundos cambios y la interdependencia entre las naciones se intensifica.
Durante su encuentro, producido tras una solemne ceremonia de bienvenida en el Gran Salón del Pueblo, en el corazón de la plaza de Tiananmen, ambos mandatarios se han comprometido a reforzar la alianza bilateral y han tratado temas clave en su agenda como los problemas generados por la fricción comercial, la lucha contra el cambio climático, la no proliferación de armamento nuclear, la defensa de los derechos humanos o los quebraderos diplomáticos con Irán y Corea del Norte.
Rechazo al proteccionismo
La economía ha representado buena parte de la conversación de dos horas que han mantenido ambos mandatarios, inicialmente con un grupo reducido de funcionarios y después con su equipo de asesores en pleno.
Hu Jintao ha asegurado que tanto su país como EE UU deben rechazar el proteccionismo "en todas sus formas", en una alusión a la imposición de aranceles a los neumáticos chinos por parte de Washington desde septiembre.
Acerca de la cotización del yuan, que EE UU quiere que China flexibilice, Obama ha expresado su satisfacción por el "compromiso de China de hacer la cotización de su divisa más orientada a los mercados gradualmente", algo que ha considerado que contribuirá a hacer más "equilibrada" la economía mundial. Obama quiere persuadir a Pekín de que consuma más productos de EE UU y abra sus mercados.
Cambio climático
Una de las principales cuestiones en la agenda de Pekín y Washington es el cambio climático. Ambos países suman cerca del 40% de las emisiones mundiales. Sus mandatarios han acordado la necesidad de reforzar la cooperación en energía limpia para reducir las emisiones contaminantes, pese a que tanto China como EE UU, los principales productores y consumidores energéticos, reconocieron en días previos a este encuentro presidencial que será muy difícil alcanzar un acuerdo vinculante para la cumbre de Copenhague.
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