Barack Obama ya se encuentra en Oslo para recoger el Premio Nobel de la Paz. Poco antes de las ocho y media de la mañana, el Air Force One aterrizaba en el aeropuerto noruego de Gardermoen. La expectación era enorme. Contra un cielo todavía oscurecido al que costaba despertar a la mañana, el presidente de Estados Unidos ha bajado las escalerillas del avión acompañado de su mujer, Michelle.
Oslo espera desde ayer a Obama con un sentimiento "agridulce", como titulaba el periódico local, Dagsavisen. El presidente, a diferencia de anteriores agraciados con el galardón, estará poco más de 24 horas en el país escandinavo y no cumplirá con algunos de los rituales que conllevan la concesión del premio. No visitará el Centro para la Paz. Y según informaba ayer el diario sueco Svenska Dagbladet, el mandatario norteamericano ha declinado una invitación para comer con el rey Harald V, algo que hicieron en su momento el Dalai Lama o Al Gore.
Todo parece indicar que la Casa Blanca quiere mantener un perfil bajo y mostrar humildad a la hora de aceptar un galardón que muchos creen que no merece y que causó estupor entre parte de la población cuando fue anunciado a principios de octubre. Según una encuesta publicada el pasado martes en Estados Unidos por la Universidad de Quinnipiac, dos de cada tres estadounidenses consideran que su presidente no merece el Nobel. Según otra encuesta, en este caso publicada ayer por el diario Verdens Gang (VG), solo 35,9% de los noruegos -eran 42,7% hace dos meses- consideran que Obama merece el premio contra el 33,5% que opinan lo contrario. Obama, según la Casa Blanca, tratará de justificar su decisión en su discurso de agradecimiento el jueves.
No habrá preguntas molestas para el 44º presidente de EE UU, ya que casi todos los encuentros habituales con la prensa fueron anulados. Lo que Obama no evitará serán las manifestaciones -se esperan multitudinarias- en las cercanía del Grand Hotel donde se aloja Obama, su familia -no han viajado sus hijas- y amigos para pedir la retirada de tropas y el fin de la guerra. "Hope" (Esperanza), era lo que otro diario noruego reclamaba ayer de Obama.
Los manifestantes no tendrán fácil el acceso a las inmediaciones del recinto del Garnd Hotel ya que existe un ingente dispositivo de seguridad, sin precedentes en la historia de Noruega, con más de 2.000 policías movilizados en tierra, aviones de caza y un avión de vigilancia AWACS.
Fuente: Diario El País de España
No hay comentarios.:
Publicar un comentario