Ahora, 14 días después del terremoto, el presidente de Haití ha anunciado que trasladará su oficina desde la comisaría cercana al aeropuerto, donde se encuentra, hasta las ruinas del palacio presidencial. Y lo hará como un detalle de solidaridad con el pueblo haitiano.
Ahora, 14 días después del terremoto, el presidente de Haití ha anunciado que trasladará su oficina desde la comisaría cercana al aeropuerto, donde se encuentra, hasta las ruinas del palacio presidencial. Y lo hará como un detalle de solidaridad con el pueblo haitiano. Pero el gesto parece demasiado pequeño y llega demasiado tarde para muchos de sus compatriotas.
"René Préval está aún como en estado de conmoción", señala la analista estadounidense Amy Wilentz, autora de un libro sobre la historia reciente del país. "Sólo atiende entrevistas de medios extranjeros y cuando hablas con él parece ausente. Aún no se ha presentado en las zonas más dañadas o en los campamentos. Esto ha sobrepasado su capacidad como político. Ahora mismo debería estar infundiendo esperanza en la gente. Pero tal vez no la tenga ni él mismo. Casi más importante que lo que pueda arreglar es que dé la impresión de que puede arreglar algo".
La única persona que podría sacar este país adelante, según el criterio de diversos analistas extranjeros, es la ex primera ministra Michèle Duvivier Pierre-Louis. "Ella tiene la formación económica suficiente, es amiga de los Clinton y de George Soros y conoce muy bien el país y las necesidades de su gente. Por eso la echaron del Gobierno, porque era una amenaza para la continuidad de Préval", añade Wilentz.
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