La canciller alemana Angela Merkel rechazó tajantemente las sugerencias del presidente estadounidense Barack Obama para que los alemanes contribuyan a la recuperación de la economía global al gastar más y depender menos de las exportaciones, a pesar de advertir que la crisis europea está lejos de terminar.
En una entrevista con The Wall Street Journal en Berlín, Merkel dijo que los países que comparten el euro apenas han ganado un respiro para reparar las fallas en su unión monetaria. La canciller hizo un llamado a los países del Grupo de los 20 (G-20) que se reunirán este fin de semana en Toronto a enviar una señal de que se avecina una regulación más estricta de los mercados financieros para disipar la impresión de que el ímpetu se está desvaneciendo en medio de la resistencia de los grandes bancos. Merkel apuntó sus dardos contra una idea articulada por Francia, Estados Unidos y otros países que han pedido que Alemania ayude a la economía global apuntalando la demanda interna, que ha sido persistentemente débil. El llamado más reciente se produjo en una carta de Obama al G-20, en la cual pedía a los grandes exportadores ?Alemania, China y Japón? que reequilibren la demanda global fortaleciendo el consumo interno en lugar de las exportaciones.
Merkel respondió que el crecimiento y el empleo en Alemania están en alza y, por lo tanto, la cuarta economía del mundo no tiene motivos para examinar su dependencia del poderoso sector industrial y su amplio superávit comercial.
"Los éxitos de las exportaciones alemanas reflejan la alta competitividad y fortaleza innovadora de nuestras compañías", manifestó. "Reducir artificialmente la competitividad no sería beneficioso para nadie", dijo.
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