domingo, enero 30, 2011

Egipto se hunde en el caos y la violencia

Mubarak designó a un vicepresidente


Egipto se hunde en el caos y la violencia
Un soldado protege a un bebe en una marcha, signo de concordia entre el ejército y los opositores. Foto AFP / ReutersVer más fotos

El incendio no se apaga, sino que se hace indomable. Crece la revuelta contra el régimen de Hosni Mubarak en Egipto, que ayer se hundió en un caos y un descontrol rayanos con la anarquía, con saqueos, violencia, un saldo de 105 muertos y más de 1000 heridos desde que comenzó la crisis, en un escenario de dramático cambio del statu quo en Medio Oriente.

En una señal de futura transición y del papel clave que cumplirán los militares, por primera vez en sus treinta años en el poder Mubarak designó a un vicepresidente. Se trata del jefe de los servicios secretos, Omar Suleiman, de 75 años, un hombre de gran poder, considerado el más influyente de Egipto, muy respetado en Washington y en la región -clave en la relación con Israel-, ya mencionado como el posible sucesor.

Tal como había prometido anteanoche en un discurso en cadena considerado "ridículo" por la mayoría de los egipcios consultados por esta cronista, Mubarak, de 82 años, también formó un nuevo gobierno, nombrando primer ministro no y designó como premier a Ahmed Shafiq, ex comandante de la fuerza aérea. El cambio no disminuyó la tensión ni calmó el clamor popular, que sólo apunta a una solución: la caída del presidente.
"Fuera Mubarak", decían las pancartas que llevaban ayer miles de manifestantes que marcharon a la vera del Nilo y coparon la plaza Tahrir, epicentro de las protestas. Allí se veían jóvenes, ancianos, mujeres junto con sus maridos e hijos, agitando banderas egipcias, cantando y bailando. Nunca antes en la historia moderna del país la gente había podido salir a protestar durante cinco días seguidos, con el objetivo de sacar al "faraón", hasta hace poco una aspiración imposible.

"El se tiene que ir a Londres, a Francia, a Arabia Saudita o a la Luna, pero se tiene que ir. El es el culpable de que los jóvenes egipcios no tengamos ni trabajo ni futuro", dijo a La Nacion Ahmed Tarif, estudiante de economía de 22 años. Junto con su novia, Karima, y al igual que otros 50.000 egipcios de todas las edades, Ahmed sorteó el toque de queda y las dificultades para circular en una ciudad aún bajo estado de shock para llegar hasta la plaza Tahrir y celebrar el "fin de un régimen autocrático".

Como la mayoría de los presentes, Ahmed y su novia se sacaron fotos y se filmaron junto con los militares, en escenas de gran amistad difíciles de comprender para observadores sudamericanos. A diferencia de la policía, considerada el brazo armado del poder para la represión de los opositores, los militares son muy populares aquí. Representan el orgullo nacional; son como la "selección" nacional, una imagen alimentada por de la liberación del canal de Suez y las guerras contra Israel.

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