El domingo de la semana pasada, el presidente de Bolivia, Evo Morales, aumentó el precio de los combustibles entre el 57 y el 83%. Después quiso corregir el malestar con una mejora salarial del 20%. Pero la convulsión social lo obligó a volver sobre sus pasos: anteayer los decretos que provocaron la crisis fueron derogados.
El miércoles pasado, el ministro de Planeamiento y Finanzas de Venezuela, Jorge Giordani, eliminó el dólar preferencial de 2,60 bolívares que disfrutaron las importaciones de alimentos y medicinas. Desde hoy se aplicará una paridad de 4,30 bolívares. En otras palabras, Hugo Chávez dispuso encarecer la canasta básica de consumo un 65% en dólares.
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