El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, no está dispuesto a dimitir. Tras la manifestación de cientos de miles que ha durado todo el día, el máximo mandatario ha anunciado que no se presentará a las próximas elecciones, en septiembre, aunque permanecerá en el poder con un nuevo Gobierno abierto al diálogo con todas la fuerzas y a las reformas democráticas. Además, asegurará las medidas para una "transición pacífica del poder dentro de la Constitución".
A pesar del rechazo del diálogo por parte de la oposición, el presidente ha anunciado que se dirige directamente a todos los egipcios para asumir sus responsabilidades, aunque ha avisado que no rechazará sus deberes.
Mubarak se ha visto obligado a tomar esta decisión tras la gran marcha convocada por el movimiento opositor en el centro de El Cairo para exigir su dimisión y el final de sus 30 años de régimen. La presión de los manifestantes no se ha diluido a pesar de que ya ha caido la noche en El Cairo. La cadena de televisión Al Yazira, cuyas cámaras siguen en directo el desarrollo de la marcha, ha calculado que la protesta ha reunido a dos millones de personas mientras fuentes oficiales han cifrado la concentración en un millón. Tras varias horas entre la multitud, el corresponsal de la televisión ha asegurado que los protestantes no piensan moverse "hasta que Mubarak se vaya". De hecho, los objetivos siguen siendo los mismos que esta mañana, cuando comenzó la protesta. Mientras esperan a que el todavía presidente se dirija a la población, un joven se ha dirigido a las cámaras de Al Yazira con una única idea: "Si Mubarak se va, yo vivo".
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