Sus fuerzas intensificaron la ofensiva por tierra y por aire en el Este, donde lograron importantes avances; duros choques en Zawiya. Luego de tres semanas de sufrir los avances de los rebeldes, el líder libio Muammar Khadafy tomó ayer la iniciativa tanto en el terreno diplomático como en el militar y, con nuevos bombardeos y ataques de artillería pesada, obligó a los rebeldes a retirarse de la estratégica ciudad de Zawiya, mientras resistían con dificultad en el puerto petrolero de Ras Lanuf y otras localidades del Este.
Frente a la ofensiva por aire y tierra de las tropas leales, el consejo nacional libio, gobierno provisorio rebelde, volvió a llamar a las potencias occidentales a imponer una zona de exclusión aérea y advirtió que de lo contrario buscará "armas del exterior para contrarrestar los ataques" de los aviones de Khadafy.
Zawiya, ciudad situada 50 kilómetros al oeste de Trípoli que en los últimos días fue el escenario de encarnizados combates entre rebeldes y leales al régimen, quedó ayer en manos de Khadafy, lo que puede significar un importante giro en esta guerra civil.
Tras una jornada de nuevos bombardeos contra la ciudad sitiada, que les costaron la vida a 40 personas, los rebeldes se vieron obligados a retirarse. "Nos replegamos y ellos llegaron al centro de la plaza, pero los atacaremos de nuevo y la recuperaremos", afirmó un rebelde. "Vamos a hacer eso por la noche. Este no es el final", advirtió.
La televisión estatal libia informó que pequeños grupos de personas estaban llegando al centro de la ciudad de Zawiya, en una manifestación de apoyo a Khadafy, aunque no mostró imágenes de la marcha.
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