A pesar de los 700 arrestos del sábado a la noche por cortar el emblemático puente de Brooklyn, en Nueva York, durante una movilización contra el sistema financiero y las prácticas de Wall Street, las protestas de los “indignados” estadounidenses se mantenían firmes ayer y se extendían por el país.
Grandes ciudades como Los Angeles, Boston, Filadelfia, Seattle o Chicago, entre otras, fueron escenario de manifestaciones para expresar su solidaridad con los seguidores del movimiento “Occupy Wall Street” y repudiar la crisis económica, la desigualdad social y la avaricia de los más ricos.
“Arresten a uno de nosotros y aparecerán dos más. Somos legión, porque somos muchos”, desafiaba con una pancarta Robert Cammisos, detenido durante la marcha del sábado en el puente de Brooklyn y liberado poco después debido a problemas de salud.
Los manifestantes, que desde el 17 de septiembre intentan “ocupar” Wall Street en rechazo a la corrupción y los recortes en el presupuesto del gobierno federal estadounidense, cortaron el sábado durante varias horas uno de los carriles del tradicional puente que une Manhattan con Long Island.
La policía detuvo a unas 700 personas, a las que acusó de alterar el orden público. La mayoría recibió citaciones judiciales y quedó en libertad ayer.
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