La reforma financiera no basta para disipar las dudas del mercado sobre la situación de la banca española. Goldman Sachs cifra en 58.000 millones de euros la cantidad adicional que sería necesaria para afrontar el deterioro de los activos y el impacto de la creciente morosidad. Alaba eso sí la propuesta del Gobierno y el Banco de España de aislar los activos tóxicos de la banca para restaurar la confianza, una opción que ve más eficaz que ampliar capital.
Fotomontaje con sucursales de diversas entidades financieras y detalle del edificio del Banco de España . -
El Banco de España lo reconocía la semana pasada y el mercado
comienza a ponerle cifras. Para Goldman Sachs, los más de 50.000
millones de euros de esfuerzo en saneamientos que ha impuesto la reforma
financiera a la banca española no son suficientes para la limpieza
definitiva de los balances y no resuelven el que es en su opinión el
problema fundamental del sector, la ausencia de precios de mercado
fiables para los activos inmobiliarios.
Goldman Sachs estima que harán falta otros 58.000 millones de euros,
de los que 19.000 millones corresponden a aumento de provisiones para
los activos ya problemáticos y otros 39.000 millones al impacto que
tendrá en la cartera de créditos el aumento de la morosidad. Así, la
firma estadounidense calcula que la mitad de la exposición actual al
sector inmobiliario entrará en impago. Y es precisamente la inquietud
sobre la evolución de la morosidad, junto con la ausencia de efecto que
ha tenido la puesta en marcha de la reforma financiera, lo que ha
impulsado al Gobierno y al Banco de España a promover una separación más
efectiva de los activos tóxicos de los sanos a través de la creación de
sociedades de liquidación.
Goldman Sachs alaba la idea y señala que es una "fórmula apropiada"
para disipar las dudas sobre la exposición de la banca al sector
inmobiliario y cifra entre 21.000 y 37.000 millones de euros el coste de
separar la morosidad relacionada con el suelo y los edificios en
construcción. Apunta incluso a que la creación de estas sociedades de
liquidación son una mejor fórmula que las inyecciones de capital a la
hora de restaurar la confianza en la banca española, al menos en el
corto plazo.
La firma estadounidense apunta también que los ocho mayores bancos
han elevado su exposición en 2011 a activos inmobiliarios como
consecuencia principalmente de las operaciones corporativas. Esas ocho
entidades suman ahora activos inmobiliarios por 210.000 millones de
euros, el equivalente al 11,3% de su balance, si bien hay diferencias
sustanciales por entidades.
Y a la hora de invertir, Goldman cita a Santander y BBVA como las
únicas opciones realistas para comprar banca española, con preferencia
por el banco que preside Emilio Botín. Para Popular y Bankinter tiene
recomendación de venta y para Banesto, Caixabank y Sabadell, de neutral.
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