El Gobierno de El Salvador abrió ayer por la tarde una puerta a la esperanza para Beatriz, la joven salvadoreña cuyo embarazo de un feto inviable pone en grave riesgo su vida.
A pesar de la denegación de amparo del Constitucional salvadoreño, al que la mujer había recurrido para que se le permitiera abortar —una práctica prohibida en ese país—, el Ministerio de Salud cree que existen vías legales para que los médicos puedan intervenirla. “Vamos a preservar la vida de esta mujer a como dé lugar”, afirmó ayer la ministra de Salud de El Salvador, María Isabel Rodríguez, a EL PAÍS. Rodríguez explicó que el Constitucional deniega la petición de aborto por considerarlo contrario a su Carta Magna; pero que en el caso de que la salud de la mujer empeore y debido a que está ya en la semana 25 de gestación se le podría inducir un parto. “No estamos trabajando para la destrucción del feto, pero sus condiciones se han demostrado incompatibles con la vida”, incidió.