El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva durante el mitín de cierre de campaña a las elecciones presidenciales en Sao Bernardo do Campo, cerca de Sao Paulo
(EFE)
El presidente de Brasil Lula da Silva no ha acudido esta noche al último debate televisado antes de las próximas elecciones. Según el periódico brasileño O Globo, Lula ha tomado esta decisión personalmente y a última hora. Sus colaboradores más cercanos le habían aconsejado que no acudiera ya que creen que no debe correr riesgos innecesarios ahora que lidera de forma destacada las últimas encuestas sobre su reelección, y después del escándalo desatado hace unos días tras la detención de dos miembros del PT con una abultada suma de dinero en efectivo.
Lula, en cambio, ha acudido a una concentración de sus partidarios en Sao Bernardo do Campo, a 20 kilómetros del centro de Sao Paulo, donde surgió como líder sindical y lanzó la carrera política que lo llevaría a la presidencia.
Al espacio televisivo, que retransmitirá la cadena TV Globo, está confirmada la participación de otros tres de sus rivales: Geraldo Alckmin, del partido socialdemócrata brasileño (PSDB), la senadora izquierdista Heloisa Helena, del Partido Socialista Solidario (PSOL), y el ex ministro y senador Cristovam Buarque, del Partido Democrático Brasileño. Según las reglas del debate está previsto que la silla de quienes no asistan se muestren vacías y los otros candidatos cargarán contra él sin que pueda defenderse. Lula tampoco ha asistido a ninguno de los otros dos debates con sus rivales realizados en semanas anteriores.
Casos de corrupción
Los últimos sondeos difundidos en la noche del miércoles dan a Lula entre un 48 y un 49%de los sufragios emitidos, con lo que superaría la mitad más uno necesaria de los votos válidos, lo que evitaría una segunda ronda. Alckmin, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), aparece en las encuestas en un relegado segundo puesto con entre un 32 y un 33% de las preferencias.
Una juez decretó prisión para seis ex miembros del comando de campaña del presidente brasileño, Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores, acusados de comprar un informe con acusaciones falsas contra líderes de la oposición. Las órdenes de arresto se aplicarán después de las elecciones del domingo.
Lula da Silva ha calificado de "jugada política" la medida. "Esas personas están esperando un juicio y la impresión que tengo es que hay una jugada política ahí", ha declarado Lula sobre la decisión de la juez. La orden de captura fue expedida el martes, pero la Policía no ha podido cumplirla porque, según las leyes electorales, desde el pasado lunes ningún elector puede ser detenido hasta que pasen las elecciones del domingo, a menos que sea capturado in fraganti.
"Saben que en época de elecciones no pueden ser detenidos, pero dictan la orden y por eso creo que hay una jugada", ha declarado Lula en una entrevista con el canal de televisión Record. Esta emisora está dirigida fundamentalmente al colectivo evangélico, que en Brasil se calcula que representa cerca del 15% del electorado.
Lula volvió a quitarle peso electoral a la historia del dossier y negó que ese escándalo pueda afectar a sus posibilidades de victoria el domingo. Según Lula, se trata de "errores" que cometieron unas personas, incluso algunas con las que mantiene amistad, que serán juzgados por los tribunales y "pagará quien tenga que pagar".