Reformar los regímenes de salud, regalías y justicia; generar empleo; disminuir los índices de homicidio y de producción de coca; restaurar las relaciones con los vecinos, son, entre otros, los retos más urgentes del próximo gobierno.
Terminan ocho años de gobierno de Álvaro Uribe, el Presidente más popular en la historia reciente del país. El próximo 7 de agosto llega a la Casa de Nariño un nuevo equipo de asesores, un nuevo gabinete y un nuevo Jefe de Estado.
Juan Manuel Santos, el mandatario electo, proviene del oficialismo. No obstante, líderes políticos y analistas esperan que el Gobierno entrante le dé un nuevo aire a la democracia.
El nuevo mandatario no sólo hereda los éxitos del Gobierno saliente, sino también sus errores y su falta de resultados. Santos recibe un país más seguro del que tuvo que gobernar Uribe, debido a los golpes dados a las Farc. También recibe un país con mayores expectativas de crecimiento económico, pero con un índice alto de desempleo y de pobreza.
Así mismo, tiene un enorme reto en materia de restauración de las relaciones exteriores, disminución de los índices de violación a los derechos humanos, combate a la corrupción y el restablecimiento del funcionamiento armónico de las ramas del poder, temas en los que Uribe deja una complicada herencia.
1- Desempleo y pobreza
Según la más reciente encuesta bimestral publicada por Invamer Gallup, el 42 por ciento de los encuestados cree que el principal problema que el Gobierno debe atender es la capacidad adquisitiva de los colombianos.
El DANE le da la razón: en abril, la tasa de desempleo llegó al 12,2 por ciento, la más alta para ese mes desde 2004. Esto significa que hay 2.668.000 personas que están buscando trabajo y no lo encuentran.
Según el informe de la Misión de Empleo, Desigualdad y Pobreza en Colombia, el 45,5 por ciento de los colombianos vive en la pobreza y el 16,4 en la pobreza extrema. Es decir, Colombia continúa en el club de los pobres.
Santos se ha comprometido a crear más de 2,5 millones de empleos y formalizar otro millón. Para esto, según lo ha dicho, continuará con la política de subsidios y exenciones tributarias para los empresarios. En su criterio, esa es la única vía para disminuir la pobreza.
2- Seguridad
Para el ex vice ministro de Justicia Rafael Nieto, el Gobierno entrante tendrá que enfrentar tres retos importantes en materia de seguridad: la conclusión del conflicto armado, la reducción de la actividad del narcotráfico y la disminución de los índices de criminalidad urbana.
“El conflicto armado obliga la distracción de una gran parte de los recursos del Estado e implica un costo muy alto en vidas humanas. La producción de narcóticos hace un gran daño a la economía, sigue siendo el principal elemento corruptor de la política y es el motor de la violencia”, explicó Nieto.
“Las cifras de homicidios y de delitos en las ciudades estaban bajando hasta el 2008, pero desde el año pasado se revirtió la tendencia; el próximo Gobierno tiene que diseñar mecanismos de seguridad urbana efectivos”, agregó.
El director del Observatorio de Conflicto Armado, Mauricio Romero, agregó a la lista de prioridades una política de seguridad más activa para las zonas fronterizas. “La guerrilla se desplazó a las zonas limítrofes, lo mismo hicieron estructuras que quedaron de la desmovilización de las AUC, en aras del control de la producción de la droga”, explicó Romero.
Pero, agrega el investigador, “no sólo se requiere de una política de seguridad, sino de generación de desarrollo, específica para las zonas fronterizas. También, cooperación con los gobiernos vecinos –no de confrontación–, pues sin la normalización de las relaciones es imposible resolver el problema fronterizo”.